Con base en el marco estratégico establecido por el FIDA para el
trienio 2007-2010 (www.ruralpovertyportal.org),
puntualizo a continuación las cuatro acciones más importantes para que la
población más empobrecida, como es el caso de las comunidades rurales, tenga
fácil acceso a los proyectos productivos que estarían incluidos en el MPH y así
poner a su disposición no sólo recursos financieros sino una amplia gama de
conocimientos teórico-prácticos orientados, por una parte, a potenciar sus
propios conocimientos locales y, por la otra, a mejorar o reforzar su capacidad
organizativa para aprovechar, eficientemente, los recursos de inversión y los
locales, además de las oportunidades de desarrollo sostenible, implícitos en
dichos proyectos.
Estas acciones son las siguientes:
1º) Aplicación de planes de ordenamiento territorial basados en los criterios técnicos que permiten definir las capacidades de uso productivo, de soporte, de conservación-recuperación de los recursos naturales (suelo, agua, vegetación y fauna) de los territorios o ecosistemas donde se harán efectivas las inversiones productivas.
2º) Utilización de prácticas agrícolas mejoradas, incluyendo tecnología avanzada o de punta que, siendo a la vez de alta eficiencia productiva, sean también económicamente eficaces, socialmente pertinentes y de bajo impacto negativo para el ambiente y los ecosistemas.
3º) Definición de una amplia variedad de servicios financieros, sumado al incremento del
empleo a través de la creación de empresas rurales, más allá de la actividad agrícola.
4º) Conformación de sistemas de distribución, comercialización y mercadeo de insumos y rubros agrícolas con altos niveles de competitividad, solidaridad y transparencia en las transacciones, valorados más por el impacto social positivo que generarían en las comunidades pobres, en términos de la satisfacción de sus necesidades humanas, y no por el lucro o ganancia especulativa que pudieran obtener como actividad comercial o mercantil.
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